Detrás del Telón
Por: Iván
PARENTESIS DE ABRIL, (3 de 3)
Las Armas del Artista; Un corto resumen del trabajo que aparece en el libro “la otra guerra de Abril” publicado por la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.
Y los de la “Radio Santo Domingo” en un empeño que no ha sido reseñado todavía por la historia, informamos, exaltamos, excitamos, nos reímos y lloramos, por esa frecuencia que se mantuvo despierta en aquellos seis días de abril, en Mayo, Junio, Julio, Agosto y en los tres días finales de Septiembre. No podíamos suspender la transmisión de nuestra radio, porque nuestro pueblo, el que defendíamos, pensaría si lo hacíamos, que todo había terminado; y así, turnándonos, sorteamos las necesidades del sueño, hasta que aquel capítulo fue superado.
En la radio, además de los tres extranjeros, los dos técnicos, y nosotros, a los que ya me referí, allí estaban: Núñez Fernández, Mario Báez Asunción y su hermano Luís Armando, Muñoz Batista, Ercilio Veloz Burgos, Lora Medrano, el inefable Fabián Damirón, y el folklórico “Rodriguito”, con su “y la vida sigue su agitado curso”, quien para poder entrar en
En las “24 cuadras”, luchaban también los artistas: (gente de teatro) Rubén Echavarría, Narciso González (Narcisazo), Salvador Pérez Martínez, Fiume Gómez, Delta Soto; (poetas) Máximo Avilés Blonda (quien también tenía que ver con de teatro), Abelardo Vicioso, Grey Coiscou; (artistas plásticos) José Cestero, Gilberto Hernández Ortega, Candido Bidó, Iván Tovar, Arnulfo Soto (Miñín) (este “ultimo relacionado con los pintores)… y algunos más. Aunque no todos estuvieron ejerciendo su profesión en el arte, dijeron presente como soldados, como ayudantes, o simplemente como apoyadores, por el simple hecho de tener domicilio en el lugar.
Una mención especial merecen Frank Usero, Tony Echavarría (Cambumbo) y aquel que defendió solo la plaza donde murió; quienes además de mostrar su arte, demostraron que eran “más machos” que muchos otros.
En la trepidante noche del gran bombardeo (15 de Junio), sentí el dulzor de la gloria. De nuevo nos habíamos quedado casi solos. Rememoro a Fernando Casado, a Luís Acosta Tejeda, a la embarazada Marta Jean, a Graveley y a Franklin Domínguez; y entre los no artistas, a Lora Fernández y a Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien en una sorpresiva visita a la oficina adjunta a la cabina, se creció cálidamente en mi interior, adquiriendo, definitivamente, la cimera estatura de un líder de los de verdad, de los que comprenden la necesidad y el valor del sacrificio.
Días después, y sin planearlo, en el romántico y patético cementerio viejo, un enterramiento, el de Jaques, se convirtió en el quizás mas enternecedor acto cultural, cuando, entre otras cosas, el “Pera” y “Alfonseca”, homenajearon al amigo y patriota que despedían.
No recuerdo si sentí pavor, aunque probablemente sí. Puesto que no me considero un héroe, ni nada parecido, debo haberme sentido estremecido; pero eso tampoco puedo asegurarlo. Desde siempre he pensado que lo importante no es padecer el miedo, sino superarlo.
Sí tengo muy presente que estaba satisfecho, y, lo que es muy importante, el recuerdo de aquellos días me ha guiado todo a lo largo del resto de mi extensa existencia: hay que hacer lo que se debe, lo que uno cree que se tiene que hacer, si se quiere dormir tranquilo y si se aprecia dejar una buena herencia para los hijos y para los demás que vendrán... y yo me deslizo al reino de Morfeo con la candidez de un niño. En cuanto se refiere a mi descendencia, seguro estoy de que, por lo menos, no sentirán vergüenza de éste individuo que hoy les escribe.
Hasta la próxima semana.
3 comentarios:
excelente trabajo, no sabia nada de eso
Ivan, como te dije, que orgullo para tu descendencia y para los que estamos (por familia) cerca. Tantos años de conocerte y no tenia la mas minima idea de esta "Historia Patria". Gracias por compartirla!!!!
me parece interesante que escribas lo que hacen los artistas hoy. si hay algunos con conciencia de patria o tambien fueron comprados
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