La Puerta De Cholo

UN INEXPLICABLE ATROPELLO, EN PLENA AV. INDEPENDENCIA

Si por un momento nuestros dirigentes olvidaran la apremiante necesidad de mantener, conseguir o arrebatar un cargo, podrían ver que la existencia es mas que poder ir a Suiza, a Francia o Italia, y derrochar en vestidos de alta costura, las carencias básicas de un pueblo, que por falta de pastores honestos, tienen un rebaño judicial de ovejas negras.

Aquí la única aparente opción es aguantar callao, porque la costosísima justicia que tenemos para lo que le conviene, posee los mas altos niveles de conocimiento jurídico, para lo que no olvida códigos y artículos esenciales.

Aquí cualquier policía, aun teniendo antecedente penales ejerce de plenipotenciario ante un ciudadano. Si la misión es inculpar y el ciudadano no es culpable también le construyen la culpa. En este edén que para muchos E´ Pa ´Lante Que Va. Ante un atropello como del que fui víctima el pasado sábado en el que dos oficiales siguiendo las instrucciones de un superior llamado “El Mayor Rosario”, intentaron despojarme de mi vehiculo encañonándonos con sus armas, a las 2 y media de la tarde y en plena avenida independencia, porque según ellos era requerido por el plan piloto para ser examinado.

Por el aspecto de quienes me interpelaron tuve la contundente certeza de que el lugar donde estos oficiales querían llevarme no era precisamente a ningún organismo judicial. Sentí como sintieron los miles de Dominicanos que en época de represión eran supuestamente requeridos para ser interrogados, desaparecían en el trayecto, y aun nadie con certeza sabe donde están, donde se fueron o donde se lo llevaron. Ante nuestro requerimiento llegó la policía preventiva, esto para cualquier ciudadano de nuestro país puede ser una suerte o una gran desdicha, ya que si bien hay muchos honestos me atrevería a jurar que son mas lo picaros y peseteros. La policía preventiva al igual que yo, tuvo sus dudas. Tomo para mi dicha la sabia decisión de escoltarnos hasta el plan piloto. Cuan grande fue nuestra sorpresa, cuando nos dimos cuenta de que el oficial que conducía mi jepetta, con el cual me habían mandado a buscar, no sabía donde quedaba el plan piloto. Interviniendo de nuevo la policía preventiva y con su ayuda llegamos y nos encontramos con el sospechado escenario. Nadie me había mandado a buscar, nadie sabia nada, y nadie quería hacerse responsable de mi vehiculo. Se orquestó allí mismo, vía telefónica bajo la magistral dirección del mayor Rosario, un recibimiento informal, en el que yo como propietario dejaba mi vehiculo sin tener ninguna constancia. Ante mi exigencia y la de algunos medios que acudieron en mi auxilio, el amable fiscal Francis Soto juro que el proceso se había llevado dentro de los cánones de la normalidad. ¿En que utópico paraíso es normal entregar una pertenencia sin que se emita una constancia ello?

A la fecha, seis días después de haber ocurrido el atropello, y de que mi vehiculo haya pasado todas las pruebas que certifican su autentica legalidad, la mencionada institución está en la entera y extraña disposición de entregármelo, sin aclarar a requerimiento de que organismo o que de persona el Mayor Rosario mandó a estos dos oficiales a despojarme de mi vehiculo de forma ilegitima. Mayor Rosario, usted no trabaja para el departamento de recuperación de vehículos, y yo no estaban siendo requerido por el departamento policial que usted dirige, pretendo en lo adelante hacer valer mis derechos como Dominicano, como contribuyente, como ser humano, porque entiendo debió haberse acabado la historia de la Republica en la que los derechos no valen. Tenga bondad de responder mayor Rosario, ¿cual era el Plan, y bajo las ordenes o por encargo de quien actuaban sus oficiales? Justifíquese aunque sea incoherentemente, otorgar no es sabio cuando de cara al pueblo es evidente.

No deje que esta pregunta me la conteste nuestra historia o nuestro pasado, porque ellos de casos como el que ocurrió conmigo no me cuentan nada bueno.

Kevin Martínez