La Puerta De Cholo

LOS 70, EL ORO DE LA RADIO

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En la década del setenta la radio dominicana, huérfana entonces de la frecuencia modulada (FM), realizaba através de nombres de gran proyección animaciones seguidas por juventudes y algo más. Nombres como: Ramón Aníbal Ramos, Jesús Sánchez (Loco - Loco), Nelson Brudys, Miguel ángel Herrera, Freddy Abreu (Bello-Bello), Rubén Darío Aponte, Hugo Adames (El Monseñor de la salsa), Joseph Peña, Wicho Pichardo, José Estévez (+), Enrique Fernández, Rubén Camilo, Willy Rodríguez, entre otros. Ya para mediado del 78 surgieron dos voces importantes: Marino Guzmán y Héctor J. Torres (La Fuerza) quienes liderarían los ochenta. A otro nivel voces exclusivas que se dedicaban paralelamente en el mundo de la información y de los comerciales: Teo Veras, Felipe Gil, Pedro María Santana. Otra voz de incuestionable pegada fue: Federico Astwood (+) que se destacaba en la música de músicos: el Jazz. La década de los 70 se puede definir como la edad de oro de la radio dominicana.

Debemos resaltar que Santiago ofrece también momentos estelares. José Guillermo Sued, Alejandro Sánchez, Yaqui Núñez, Violeta Yanguela, Uchi Lora, Santiago Petitón, Herminio Alberti, entre otros.

Algunos emigraron hacia otras playas como es el caso de Ramón, Nelson, Bello-Bello y Hugo, otros al negocio de la radio y comerciales. Prácticamente ninguno se dedica a la vieja practica de la animación radial.

Muchos de ellos pasaron del mundo de la animación a ser figuras importantes en el arte. Los consideraban y eran artistas del micrófono.

La payola se sembró y se desarrolló en esos años, se crearon figuras que alcanzaron el nivel de estrellas en nuestra música. Indudablemente que Wilfrido Vargas es hechura de estos animadores bajo el padrinazgo de Bienvenido Rodríguez.

Todas las tardes las reuniones, de un gran grupo de ellos, en la Vizconde Palmerston 42 eran citas obligadas donde se conversaba con un grupo de locutores y se discutía sobre lo último en música. Realmente sobresalía la amistad sobre todas las cosas. En ellas el nombre sólido de Fernando Villalona y el de Sonia Silvestre. Anthony Ríos y Fausto Rey surgieron bajo la logística de Jhonny Ventura. Boni Cepeda y el zafiro fueron resultado de ese grupo de locutores. Todos ellos son una muestra significativa de esa época. Ya Solano, Ventura, Cuco y Félix del Rosario brillaban en el firmamento artístico con anterioridad.

Los ochenta y los noventa generaron otras, nunca con la intensidad y calidad de los setenta. La payola creció y en muchos casos se ha vuelto incosteable. Aprovechando la crítica situación económica y la facilidad y libertad de movimiento, a partir de los noventa y cinco, se introdujeron los que eran acosados en el territorio Norteamericano, invertían en pseudos talentos con grandes cantidades de dollares. El baile de las yipetas, pistolas, celulares y Blinblines comenzó a oírse en los barrios de distintas ciudades y pueblos. Claro, como estos señores lo que saben es producir dinero en el lavado, tráfico y ventas de estupefaciente, no sabiendo nada de música, infectaron y poblaron la radio y hasta programas de televisión de antivalores artísticos. Diciéndonos a todos que papeleta mato a menú.

Estamos descosechando lo que hemos sembrado. No bastó la voz de alarma que dimos hace muchos años, hoy nos lamentamos.

Nota: No están todos, faltan otros, de distintas regiones y pueblos.