
La constante presencia de
La corte que lo acompaña varia según sea el país. Todo esto cuesta y cuesta en dollares o en euros. Se le ha colocado ya el apellido “Cumbres” a nuestro Presidente. Para estar mas in le llaman “Leonel de las Cumbres” con un obvio marcado y forzado acento castizo. Solamente en el caso haitiano se han celebrado aquí y fuera del país más de diez. No tenemos los datos invertidos en la preparación, logística y decoración de esta ultima. Realmente se han invertido muchos millones. A esto tenemos que añadir que todo el personal para traducciones simultanea fueron contratadas del exterior, en dollares y en euros. La desorganización ha sido resaltada por los medios dominicanos y extranjeros y la ausencia prácticamente total de sus “amigos Presidentes”, siguiendo la línea de Peña Gómez, quienes lo dejaron virtualmente solo con Clinton y Preval. Para colmo en ninguna de las comisiones del caso haitiano esta Republica Dominicana. Dejándole el moño hecho a funcionarios y a vivos que pensaban comer con su dama de los dineros donados en auxilio del pueblo haitiano. Diciendo la representante del gobierno español: “tendrá que rendirse cuenta no solamente entre nosotros, sino a nuestros respectivos pueblos” resaltando lo dicho por Bill Clinton. De eso nos alegramos, pues ya se afirma fuertemente en Haití que Leonel le ha sacado mucho jugo personal a la desgracia haitiana.
Se le acusa de un exceso de protagonismo. Ya eso se estaba rumorando en las constantes presencias en cuanto a cumbre se hagan. Ese protagonismo peligroso lo puede llevar de posiciones sublimes a posiciones ridículas. Y nos duele porque es nuestro Presidente, aunque no compartamos sus ideas. Y nos duele porque es dominicano. Y mas no duele cuando se dice y denuncian periódicos europeos que
Haití es un país ingobernable, un estado fallido, están acostumbrados al dao, siendo este un mal que se ha ido trasladando poco a poco a nuestro país.
Don Leonel (hoy de las Cumbres) tenga cuidado porque ya usted paso de lo sublime a lo ridículo.